El Combate naval del Lago de Maracaibo, referida también como Batalla naval del lago, fue un combate naval librado el 24 de julio de 1823 en las aguas del lago de Maracaibo, en el actual estado Zulia, Venezuela. La misma reafirmaría definitivamente la independencia venezolana de España, siendo una acción decisiva.
Al amanecer del 24 de julio los comandantes de los buques republicanos fueron llamados al bergantín Independiente, donde el Almirante Padilla les dio las últimas instrucciones para el combate, efectuando algunos cambios y no satisfecho aún, a las 10:30 pasó personalmente a bordo de toda la escuadra, con el objeto de arengar a sus dotaciones y animarlas de un modo eficaz para que, llegado el momento de atacar a los realistas, lo hicieran con la mayor intrepidez y entusiasmo. A las 10:40 roló el viento al noroeste y 10 minutos después se hizo la señal de prepararse a dar la vela. Pero habiendo aflojado llamándose al sur, se reservó la decisión de levar anclas hasta que se afirmase la brisa por donde fuera favorable, pese a que todo lo invitaba a atacar a la escuadra realista que se hallaba fondeada a su frente en una línea paralela a la costa y muy próxima a ella.
A las 14:00, se ordenó al comandante de las fuerzas sutiles levar y seguir sobre las embarcaciones realistas de su clase, en atención a que por su menor andar debía adelantarse. A las 14:20, hicieron la señal de dar la vela, y minutos después la de formar la línea de frente para atacar al mismo tiempo a todos los buques enemigos que observaban aquellos movimientos que se acordaron. Como el bergantín Marte estaba situado a barlovento y el Independiente, a sotavento, fueron proporcionando el andar de modo que quedase y siguiese perfectamente bien formada la línea de batalla para lograr la ejecución del plan que Padilla se había propuesto, sin que por esto se dejasen de hacer las señales que fuesen menester a cada uno de los que se desviasen de su sitio.
Los buques republicanos avanzaron con rapidez sobre la escuadra realista, que se mantuvo anclada en espera del ataque; el ala sur de la escuadra la llevaba el almirante Padilla y el ala norte estaba a las órdenes del capitán de navío Nicolás Joly, cortando la retirada hacia la bahía. A las 15:04, colocaron la señal de abordar al adversario, dejándola izada no obstante haber sido contestada por todos los buques, para manifestar con ello que ninguna cosa restaba por hacer. A las 15:45, la flota realista abrió fuego sobre las escuadras patriotas, pero la escuadra de Colombia la Grande prosiguió avanzando sin disparar un tiro, hasta que estando cerca rompieron los fuegos de cañón y fusilería. Al romperse los baupreses, el bergantín Independiente se echó sobre el San Carlos y dio comienzo al abordaje, fase con la cual se decidió la victoria para los republicanos.
Como consecuencia del ataque patriota, fueron destruidos muchos buques realistas y capturados otros. Los realistas en la más angustiosa situación picaron los cables y trataron de escapar haciéndose a la vela, pero fracasaron en su intento, pues sus buques mayores fueron hechos prisioneros. La mayor parte de la tripulación del San Carlos se arrojó al agua e igual suerte corrió la de los otros buques, excepto la del bergantín-goleta Esperanza, que fue destruida por una explosión. En definitiva, sólo tres goletas lograron escapar y se pusieron al abrigo del castillo de San Carlos.
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