El caudillo
Gaitán: 70 años de su muerte
Jorge Eliécer Gaitán Ayala
dominaba en el escenario nacional como el más destacado dirigente popular. El
partido político que lo abanderaba gozaba de las simpatías mayoritarias de su
pueblo para las elecciones presidenciales del año 1949 en que debía competir;
un sueño que no logró acariciar. Era la figura más avanzada y progresista del
liberalismo, animada por reformas laborales y contra el latifundio, que
disgustaban a los dueños de la tierra y el capital colombiano. Su lema fue la
“restauración moral” de la República y sus acciones se orientaron hacia la
reparación de la injusticia social.
Antes que pudiese dirigir las riendas del país neogranadino fue
asesinado, un hecho que marcó un precedente histórico en la nación, hace
setenta años.
Ídolo de las mayorías populares,
carismático y de verbo encendido, Gaitán defendió con vehemencia la causa de
las mayorías pobres del país y se opuso al saqueo descarado de los recursos
nacionales por parte de las multinacionales.
Colombia entera lo recuerda con sus denuncias ante la pobreza y la
miseria.
Apodado despectivamente “el
Negro” por las oligarquías colombianas o “el tribuno del Pueblo”, por sus seguidores, Gaitán era un
abogado de clase media que se caracterizó por su locuacidad y sus ideas revolucionarias.
En su campaña presidencial cualquier pueblo, cualquier esquina era llena de
militantes gaitanistas. Cualquier persona se acercaba a la radio para escuchar
sus palabras y apoyar su causa.
Dado que su victoria en las
elecciones presidenciales era considerada como un hecho, y por ende, una amenaza latente para los intereses de los conservadores de ese
país, fue asesinado. Aún, siete décadas
después del magnicidio más sonado de Colombia, su muerte es un enigma y aunque
el crimen se le adjudicó a sus detractores, esto sigue siendo una hipótesis.
La muerte de Jorge Eliécer Gaitán
ocurrió el 9 de abril de 1948, cuando
salía de su oficina ubicada en un edificio del centro de la ciudad de Bogotá
para ir a almorzar. Un sicario, identificado después como Juan Roa Sierra, le
disparó tres veces, ocasionándole la muerte a los pocos minutos.
Luego del asesinato, el criminal es perseguido por una turba
enardecida y este se esconde en una droguería,
los investigadores aseguran que el dueño del local le preguntó por qué
había matado a Gaitán, a lo que él respondió: “Ay, señor, cosas poderosas que
no puedo decir”. La turba logró ingresar
a la farmacia y Juan Roa Sierra fue linchado. Su cadáver es arrastrado por
toda la carrera séptima hasta el Palacio de San Carlos, donde dejaron su cuerpo
destrozado y desnudo. Inmediatamente después se desencadena lo que se conoció
como “El Bogotazo”. “¡Mataron al doctor Gaitán, cojan al asesino!”, gritaban
los transeúntes y comerciantes del sector.
El crimen desató un levantamiento popular sin
precedentes en Colombia. “Con el
asesinato de Gaitán muere, o mejor se mata, a quien es percibido
—independientemente de que lo sea o no— el símbolo de una Colombia nueva, en
proceso de construcción democrática”, cuenta el historiador Gonzalo Sánchez a
BBC Mundo.
El levantamiento del 9 de abril
de 1948 semidestruyó el centro de la capital colombiana, cuando allí se
realizaba la Conferencia Panamericana que dio vida a la Organización de Estados
Americanos (OEA), en la que figuras de distintos países como Rómulo Betancourt
por Venezuela, y el joven Fidel Castro —entonces estudiante de la Universidad
de La Habana—, se encontraban en Bogotá el día de la tragedia.
Los hechos violentos y de
revuelo se reprodujeron en muchas otras
ciudades y pueblos de Colombia, generando una guerra civil en los cuatro
costados.
Algunos historiadores, como
Sánchez, creen que el 9 de abril fue el “primer acontecimiento mundial de
Colombia”. En aquel entonces, la embajada de Alemania en Bogotá estimó que sólo
en la capital colombiana habían muerto unas 500 personas y que otras 1.000
fueron heridas.
Este acontecimiento dejó un saldo
de 3.000 personas desaparecidas y alrededor de 146 edificaciones destruidas.
Los “gaitanistas” cumplieron fielmente lo que un día, Jorge Eliécer Gaitán, en
uno de sus discursos avasallantes de viernes cultural, les invitara a hacer:
“¡Si avanzo, seguidme. Si me detengo, empujadme. Si os traiciono, matadme. Si
muero, vengadme!”.
El Bogotazo se considera como un
hito en una etapa conocida como La Violencia, que terminó oficialmente a
principios de los años 60, luego de que los dos partidos políticos más
importantes del país, el Liberal y el Conservador, sellaron un acuerdo
político.
Ese acuerdo les permitió a
liberales y conservadores alternarse en el poder durante 16 años, pero excluyó
a otros sectores políticos.
Sin embargo, fue a nombre de los
dos partidos políticos más grandes que muchos miles de colombianos murieron en
campos y ciudades, en medio de un enfrentamiento armado en el que se recurrió a
todo tipo de vejámenes.
“Durante los dos últimos años de
la vida de Gaitán lo que hizo fue tratar de parar esa violencia”, declaró el
también historiador Herbert Braun.
El crimen de Gaitán quedó en la impunidad y la violencia
se desbordó. Los cronistas consideran
que ante esa barbarie, muchos políticos creyeron que “con este pueblo no había
nada que hacer” e incluso se fueron al exilio.
Aunque nunca se estableció la culpabilidad
ni la inocencia de Roa, historiadores señalan que el origen del atentado contra
Gaitán está en el éxito de su “Marcha del silencio” —dos meses antes de morir—,
en la que le pidió al gobierno de turno que cesara su represión policial en el
campo.
“Colombia era una bomba de tiempo
y encontró una válvula de escape tras el magnicidio, pensando que sería la
manera de acceder a un gobierno popular que nunca se dio”, aseguró el historiador José Guillermo Landaeta. “El
Bogotazo” se llamó también el “Día del Odio”
por la cantidad de muertos que dejó, sin que hasta la fecha se conozcan
datos precisos. “Varios cientos de miles murieron ese día”, comenta Landaeta.
Setenta años después del asesinato de Gaitán, sus
familiares y la Comisión de la Verdad denunciarán inexactitudes jurídicas en la
investigación, tanto en el manejo de pruebas, como en los diagnósticos de
psiquiatría forense. Se espera que este
lunes 9 de abril, el presidente de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco
de Roux, revele, junto a otros especialistas, los detalles de la solicitud a la
Fiscalía, además de entregar información del denominado “genocidio del
Movimiento Gaitanista.”.
“Gaitán fue la esperanza del
pueblo, la oportunidad soñada de quebrar el poder omnímodo de las oligarquías.
Setenta años después del magnicidio, la antorcha que prendió Jorge Eliécer
Gaitán sigue esperando el relevo, un sucesor que reemprenda su lucha. Ningún
dirigente político posterior logró identificarse con las masas populares ni
representar sus aspiraciones como lo hizo el llorado líder”, asegura Landaeta.
Jorge Gaitán estudió becado en
uno de los mejores colegios bogotanos y más tarde hizo Derecho y un doctorado
en Italia. Hombre brillante, inteligente, carismático, consiguió escalar todos
los peldaños profesionales y políticos hasta rozar la cima, a pesar de su
estrato social en una época donde primaban los apellidos. Abogado de prestigio,
diputado regional, alcalde de Bogotá, senador, magistrado, ministro; solo le
faltó escalar el escaño de la presidencia.
"Ninguna mano del pueblo se
levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el
país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel
normal”, expresó Jorge Eliécer Gaitán,
en una de sus alocuciones, un verdadero presagio de lo que ocurrió.
Un cliente mató a vendedor de yuca en la circunvalación 1
Un vendedor de yuca, que no
portaba identificación, fue asesinado el
miércoles en la mañana en el barrio María Concepción Palacios, a orillas de la
circunvalación 1, en la parroquia Manuel Dagnino de Maracaibo.
“Tenía un puesto de yuca en los
márgenes de la vía rápida. Sostuvo una discusión con un cliente, quien sacó un
cuchillo y lo apuñaló varias veces en la clavícula”, dijeron funcionarios del
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
“Vi que alguien estaba comprando
en el puesto. De repente, los dos empezaron a gritarse. Uno de ellos sacó un
cuchillo y se inició una riña”, dijo un testigo que transitaba por la zona.
El vendedor fue llevado por
conocidos al ambulatorio más cercano,
donde falleció horas después. Fue trasladado a la morgue del Hospital General
del Sur (HGS) para practicarle la necropsia de rigor.
El Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) inició las averiguaciones
correspondientes.
Las obras de Eduardo Galeano a
tres años de su muerte
Las venas abiertas de América
Latina es el libro más conocido del periodista y escritor uruguayo Eduardo
Galeano, quien falleció un día como hoy
hace tres años a los 74 años en su ciudad natal Montevideo, Uruguay. Las
tensiones entre los países desarrollados y aquellos con grandes recursos
naturales es el tema principal de este conocido texto.
“No sería capaz de leerlo de
nuevo. Caería desmayado”, aseguró Galeano durante la Segunda Bienal en Brasil
en 2014, 40 años después de la publicación. Para mí, esa prosa de la izquierda
tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado al hospital”,
expresó en aquél momento.
En 2009, durante la Quinta Cumbre
de las Américas el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, le regaló un
ejemplar al expresidente de los Estados Unidos Barack Obama. Esto provocó que
las ventas del libro en Amazon.es pasaran de la posición 60.280 de los títulos
más vendidos a la décima en solo un día.
Además de esta exitosa obra, el
uruguayo escribió más de treinta libros que hoy te presentemos en conmemoración
a su fallecimiento:
"Los días siguientes",
1962
"China 1964: Crónica de un
desafío", 1964
"Los fantasmas del día del
león y otros relatos" 1967
"Guatemala: Clave de Latinoamérica"
1967
"Reportajes: Tierras de
Latinoamérica, otros puntos cardinales, y algo más", 1967
"Siete imágenes de Bolivia",
1971
"Las venas abiertas de
América Latina", 1971
"Crónicas
latinoamericanas", 1972
"Vagabundo", 1973
"La canción de
nosotros", 1975
"Conversaciones con
Raimon", 1977
"Días y noches de amor y de
guerra", 1978
"La piedra que arde",
1980
"Voces de nuestro
tiempo", 1981
"Memorias del fuego I - Los
nacimientos", 1982
"Memorias del fuego II - Las
caras y las máscaras", 1984
"Contraseña", 1985
"Memorias del fuego III - El
siglo del viento", 1986
"Aventuras de los jóvenes
dioses", 1986
"Nosotros decimos no:
Crónicas (1963-1988)", 1989
"El libro de los
abrazos", 1989
"Las palabras
andantes", 1993
"El fútbol a sol y
sombra", 1995
"Las aventuras de los
dioses", 1995
"Patas arriba. La escuela
del mundo al revés", 1998
"Carta al ciudadano
6.000", 1999
"Bocas del tiempo",
2004
"El viaje", 2006
"Carta al señor
futuro", 2007
"Patas arriba, la escuela
del mundo al revés", 2008
"Espejos. Una historia casi
universal" 2008
"Los hijos de los
días", 2011
"Mujeres", 2015
La Chica de Hoy
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